Friday, June 04, 2010

Conociendo al blogger II: Placeres Culpables

Cuando estudiaba el pregrado en Valdivia, una vez escuche un programa de radio donde le pedían a rockeros confesar su gusto de música que consideraran "placer culpable". El vocalista de una banda de rock pesado, por ejemplo, confesó que le gustaba Nino Bravo y otro decía que le gustaba Rafael.
Desde ese día, he memorizada mis placeres culpables musicales. Mi principal gusto musical es el rock progresivo y el rock clásico. Pink Floyd, King Crimson, Procol Harum, Fleetwood Mac, Jimy Hendrix, Led Zeppelin. También el blues y el jazz. Pero debo confesar que me gustan las clásicas canciones de los 70 y 80 que circulaban por las radio AM latinoamericanas. Y para serles honesto, son tantas las que me gustan que ya no es placer culpable: es gusto, lisa y llanamente.

El año pasado escuché muuchas veces "Mentira" de Buddy Richard, y su interpretación de "Guitarra, toca otra vez". En los karaoke chileno-latinos de Pittsburgh, nunca me pierdo una de Nino Bravo o de Camilo Sesto: "Que no me falte tu cuerpo jamás, JAMAAAS".

Mi último placer culpable es Lady Gaga. Cuando vi una performance de esta Neoyorkina no me pareció digna de atención, pero la canción Telephone se me pegó y de ahí leí sobre ella. Creo que cuando leí que de niña sufrió bullying y que le gustaba Rainer María Rilke, empecé a darme la oportunidad de ver sus videos y escuchar sus canciones, después de todo, la chica toca el piano, compone... no es una "artistilla" nada más. Y así ha ido en más. Qué escucharé en el futuro?

En la pasantía de investigación que realizo en Telefónica Barcelona este verano, estoy estudiando las preferencias musicales de los usuarios de last.fm, intentando "mapear" el comportamiento explícito de los usuarios con su comportamiento explícito. Es interesante que last.fm tiene registro de las canciones "más borradas" de los perfiles de usuario... entonces mucha gente escucha Britney Spears o Hanna Montana y luego borra el registro de esas canciones para que el resto no diga "que vergüenza la música que esucha este tipo/a".

Escuchen música tranquilos amigos! qué importa si esuchas Zalo Reyes, La noche y terminas el día con Louis Armstrong... o con Fey :P

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Tuesday, June 01, 2010

y de repente

No era la primera vez que escuchaba esa historia, pero cuando ella la contó, pareció ser la original. El resto la había copiado. Él le había dicho que la quería pero ella no sintió lo mismo, y no lo tomó en cuenta. Hasta que terminó ese verano y ella debió volver al internado. Desde la frías noches esa voz lejana pidiéndole un beso se hizo más fuerte. Creció y después de dos semanas no podía evitar escuchar esa voz mezclada en cada pensamiento. A pesar que el semestre se hizo interminable, logró soportarlo. Cuando volvió las cosas habían cambiado. El invierno desataba su blanco, y ella temió lo peor. Aun así, deseó con ansias que el mantuviera su palabra. Y lo hizo.

Y esa fue la tarde más fría y feliz de su vida. Sus besos eran cálidos, su mano la arrastraba suavemente por la nieve. El fue su príncipe, su Principito.

La noche avanzó con dolorosa calma, igual que ahora. Ahora soy yo el del internado. Ahora me hace sentido la letra de las canciones. Como un maleficio, los objetos que me recuerdan a ella cobran vida y me gritan su nombre día a día.

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It was not the first time I heard that story, but when she told it, it seemed to be the original. The rest had copied it. He had told her he loved her but she did not feel the same, and did not take him into account. Until that summer ended and she had to return to boarding school. From the cold nights that distant voice asking for a kiss grew stronger. It kept growing and after two weeks she could not help but to hear that voice mixed in every thought. Although the semester seemed endless, she managed to endure. When she returned things had changed. Winter unleashed its white blanket, and she feared the worst. Still, eagerly desired that he kept his word. And he did.

And that was the coldest and happiest afternoon of her life. His kisses were warm, he dragged his hand gently on the snow. He was her prince, her Little Prince.

The night progressed with painful calm, just like now does. Now I'm on the boarding school. Now it makes sense to me the lyrics of the songs. As a curse, the objects that remind me of her come alive and whisper her name. Every day.

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