Conociendo al blogger II: Placeres Culpables
Cuando estudiaba el pregrado en Valdivia, una vez escuche un programa de radio donde le pedían a rockeros confesar su gusto de música que consideraran "placer culpable". El vocalista de una banda de rock pesado, por ejemplo, confesó que le gustaba Nino Bravo y otro decía que le gustaba Rafael.
Desde ese día, he memorizada mis placeres culpables musicales. Mi principal gusto musical es el rock progresivo y el rock clásico. Pink Floyd, King Crimson, Procol Harum, Fleetwood Mac, Jimy Hendrix, Led Zeppelin. También el blues y el jazz. Pero debo confesar que me gustan las clásicas canciones de los 70 y 80 que circulaban por las radio AM latinoamericanas. Y para serles honesto, son tantas las que me gustan que ya no es placer culpable: es gusto, lisa y llanamente.
El año pasado escuché muuchas veces "Mentira" de Buddy Richard, y su interpretación de "Guitarra, toca otra vez". En los karaoke chileno-latinos de Pittsburgh, nunca me pierdo una de Nino Bravo o de Camilo Sesto: "Que no me falte tu cuerpo jamás, JAMAAAS".
Mi último placer culpable es Lady Gaga. Cuando vi una performance de esta Neoyorkina no me pareció digna de atención, pero la canción Telephone se me pegó y de ahí leí sobre ella. Creo que cuando leí que de niña sufrió bullying y que le gustaba Rainer María Rilke, empecé a darme la oportunidad de ver sus videos y escuchar sus canciones, después de todo, la chica toca el piano, compone... no es una "artistilla" nada más. Y así ha ido en más. Qué escucharé en el futuro?
En la pasantía de investigación que realizo en Telefónica Barcelona este verano, estoy estudiando las preferencias musicales de los usuarios de last.fm, intentando "mapear" el comportamiento explícito de los usuarios con su comportamiento explícito. Es interesante que last.fm tiene registro de las canciones "más borradas" de los perfiles de usuario... entonces mucha gente escucha Britney Spears o Hanna Montana y luego borra el registro de esas canciones para que el resto no diga "que vergüenza la música que esucha este tipo/a".
Escuchen música tranquilos amigos! qué importa si esuchas Zalo Reyes, La noche y terminas el día con Louis Armstrong... o con Fey :P
Desde ese día, he memorizada mis placeres culpables musicales. Mi principal gusto musical es el rock progresivo y el rock clásico. Pink Floyd, King Crimson, Procol Harum, Fleetwood Mac, Jimy Hendrix, Led Zeppelin. También el blues y el jazz. Pero debo confesar que me gustan las clásicas canciones de los 70 y 80 que circulaban por las radio AM latinoamericanas. Y para serles honesto, son tantas las que me gustan que ya no es placer culpable: es gusto, lisa y llanamente.
El año pasado escuché muuchas veces "Mentira" de Buddy Richard, y su interpretación de "Guitarra, toca otra vez". En los karaoke chileno-latinos de Pittsburgh, nunca me pierdo una de Nino Bravo o de Camilo Sesto: "Que no me falte tu cuerpo jamás, JAMAAAS".
Mi último placer culpable es Lady Gaga. Cuando vi una performance de esta Neoyorkina no me pareció digna de atención, pero la canción Telephone se me pegó y de ahí leí sobre ella. Creo que cuando leí que de niña sufrió bullying y que le gustaba Rainer María Rilke, empecé a darme la oportunidad de ver sus videos y escuchar sus canciones, después de todo, la chica toca el piano, compone... no es una "artistilla" nada más. Y así ha ido en más. Qué escucharé en el futuro?
En la pasantía de investigación que realizo en Telefónica Barcelona este verano, estoy estudiando las preferencias musicales de los usuarios de last.fm, intentando "mapear" el comportamiento explícito de los usuarios con su comportamiento explícito. Es interesante que last.fm tiene registro de las canciones "más borradas" de los perfiles de usuario... entonces mucha gente escucha Britney Spears o Hanna Montana y luego borra el registro de esas canciones para que el resto no diga "que vergüenza la música que esucha este tipo/a".
Escuchen música tranquilos amigos! qué importa si esuchas Zalo Reyes, La noche y terminas el día con Louis Armstrong... o con Fey :P
Labels: music, música, placer culpable